INSTITUTOS UNIVERSITARIOS

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Gracias a Dios Todopoderoso, a mi Madre Felipa García, a mi Familia y a estos Institutos por mi Formación Académica.

domingo, 5 de abril de 2015

JESÚS FRENTE A LA PENA DE MUERTE (PARTE I)


Se denomina pena de muerte a aquella condena impuesta por el Estado como castigo por un delito establecido en la legislación; la muerte de criminales y disidentes políticos ha sido empleada por algunas sociedades en un momento de su historia, tanto para castigar el crimen como para suprimir la disidencia política. 


En este sentido la pena de muerte de Jesús fue solicitada por los sumos sacerdotes y ancianos a Pilato, ya que le habían hallado culpable de blasfemia (Palabras o expresiones injuriosas contra Dios o las personas o cosas sagradas), pero la pena capital sólo podía ser aplicada por los romanos, cuyo Imperio cruel durante los primeros siglos en los cuales gobernaron además de Octavio Augusto, los emperadores de las dinastías Julio-Claudia, destacando además, que durante la primera mitad del siglo I estuvo bajo el mandato de Tiberio.


Sin embargo, Pilato envía a Jesús a Herodes Antipas debido a un conflicto con la jurisdicción correspondiente a un reo de Galilea. Al ser devuelto a sus manos, Pilato se declara incompetente para resolver asuntos religiosos y declara no hallarle culpable.  


Los líderes judíos entonces cambian la acusación sobre Jesús a sedición, que según la biblia (Esd 4:19) es referida al hecho de "incitar el desafecto hacia el Estado o la autoridad constituida por medio de las palabras o escritos", lo cual hizo a través de la exposición de discursos en donde se proclamaba ser “El Hijo de Dios”, el desarrollo de organizaciones (Religión) y otras acciones (Milagros).


A pesar de no hallarlo culpable, Pilato -sabiendo que era víspera de Pascuas- deja que el pueblo decida entre liberar a un preso de nombre Barrabás o liberar a Jesús, en el primer acto democrático, al menos escrito, en el cual se elije a un ladrón y asesino por un hombre justo. El pueblo, que fue dirigido por los sumos sacerdotes, escoge la liberación de Barrabás y la crucifixión de Jesús. Ante esa decisión Pilato simbólicamente se lavó las manos para indicar que no quería ser parte de la decisión tomada por la muchedumbre. Pilato dice «No soy responsable por la sangre de este hombre». A lo que la multitud responde: «Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros descendientes». Se narra también que él ordena la flagelación de Jesús antes de su ejecución, pero los evangelios discrepan en cuanto a si esta medida fue tomada como un intento de sustitución de la ejecución, o si era solo parte del proceso de la ejecución.



Debemos tener en cuenta que Pilatos intentó romanizar Judea sin éxito, introduciendo imágenes de culto al César, y trató de construir un acueducto con los fondos del Templo. En tal sentido Jesús se subleva en contra del tributo al Cesar, motivado a que esto no se traducía en mejoras para el pueblo, enfrentándose hasta a los fariseos. Las desavenencias de Pilatos con el pueblo judío lo llevaron a trasladar su centro de mando de Cesarea a Jerusalén para controlar mejor las revueltas. Pilato se enfrentaba además a grupos extremistas antiimperialistas entre los que se contaba el propio Barrabás, quien había asesinado a un soldado romano.  Jesús fue azotado, lo vistieron con un manto purpura, le pusieron en la cabeza una corona de espinas y una caña en su mano derecha y se burlaban de él diciendo: «Salve, rey de los judíos», le escupieron y le pegaron con la caña.



Opinión al Día






Publicado en el Yaracuy al Día el Domingo 05 de Abril de 2015. Página 6. 

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