La Revolución del 19 de abril de
1810 marcó el inicio de la lucha por la independencia del dominio español
en Venezuela, cuando el entonces Capitán General de Venezuela Vicente Emparan,
fue destituido por el Cabildo de Caracas, dando paso a la formación de la Junta
Suprema de Caracas, la cual fue la primera forma de gobierno autónomo.
Destacando
que fue el 2 de marzo de 1811 cuando se instaló
el Primer Congreso Nacional, poniendo fin a la Junta y además se nombró
un triunvirato compuesto por Cristóbal Mendoza, Juan
Escalona y Baltasar Padrón. Más tarde, el 5 de julio de 1811, se procede
finalmente a la firma la Declaración de Independencia, conformándose así
la Primera República de Venezuela que luego colapsó por la reacción
realista.
Destaquemos que cuando ocurrió la
Revolución acaecida el Jueves Santo del 19 de abril, el Capitán General
Emparan se dirigía a misa y un grupo perteneciente a la aristocracia y
burguesía criolla (hijos de españoles pero nacidos en América) miembros
del Cabildo de Caracas le desconocen.
Él no estuvo de acuerdo con
esto, y cuando desde la ventana del ayuntamiento le preguntó al
pueblo que se había reunido en la plaza mayor (hoy Plaza Bolívar) si
quería que él siguiera mandando, el presbítero José Cortés de
Madariaga, le hizo signos a la multitud para que contestaran que
"NO".
Emparan dijo que entonces él tampoco quería el mando, renunció
y se fue a España. Firmándose así el Acta, aduciendo que actuaban en
nombre de Fernando VII (Rey depuesto)
y en desobediencia a José I (Rey de España entre el 6 de
junio de 1808 y el 11 de diciembre de 1813, y teniente
general del Imperio francés).
Debemos tener presente que
la independencia es la formación o la restauración de
un país inmediatamente después de la separación de otro del que sólo
formaba una parte. Este como concepto político apareció con la Declaración
de Independencia de los Estados Unidos en 1776 como respuesta al
colonialismo europeo, y se extendió con el Acta de Independencia de
Haití (1804) tras la Revolución haitiana (1791-1804) y
las declaraciones de independencia de los
países latinoamericanos dependientes del Imperio español en
las Guerras de independencia hispanoamericanas (1810-1821).
Hoy 206 años después, políticamente
estamos constituidos como un Estado federal democrático, social, de
derecho y de justicia, autónomo y soberano (según la Acta
de 1811), y después de lo cual no dependemos de Imperios, ni tenemos reyes
herederos de ningún trono.
Más adelante la independencia se relacionó
estrechamente con el principio de no intervención y el derecho
de autodeterminación de los pueblos.
Recalquemos que el no intervencionismo es la doctrina en política exterior que indica
la obligación de los Estados de abstenerse o intervenir, directa o
indirectamente, en los asuntos internos de otro Estado con la intención de
afectar su voluntad y obtener su subordinación y se deriva de un principio
del Derecho Internacional Público que establece
la independencia de las naciones y el derecho de
autodeterminación de los pueblos.
El principio de no intervención
prácticamente equivale al de no injerencia en los asuntos internos de
otro país, destacando que es una política sólo en el gobierno, por lo que no excluye
la intervención no gubernamental por organizaciones como la Amnistía
Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario