INSTITUTOS UNIVERSITARIOS

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Gracias a Dios Todopoderoso, a mi Madre Felipa García, a mi Familia y a estos Institutos por mi Formación Académica.

martes, 18 de septiembre de 2012

DOS TRISTES TRAGEDIAS EN UN MES DE SEPTIEMBRE.






El 4 de septiembre de 1972, los atletas israelíes habían estado disfrutando de una salida nocturna por la Ciudad de Múnich, antes de regresar a la villa olímpica y hacia las 4:40 del día 5, mientras los deportistas dormían, ocho miembros del grupo terrorista palestino denominado Septiembre Negro, vestidos con chandal y llevando pistolas y granadas en bolsas de deporte, escalaban la verja de dos metros que rodeaba el complejo. Estos fueron ayudados por deportistas del equipo estadounidense que supuestamente desconocían su verdadera identidad y que creían que, como ellos, querían acceder furtivamente a sus apartamentos tras una larga noche de diversión.


Este grupo terrorista palestino masacró a 11 deportistas y entrenadores israelíes que participaban en  los Juegos Olímpicos y el día después de la masacre, Avery Brundage, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), declaró la triste frase: “El show debe continuar”. Esto lo dijo debido a que los Juegos Olímpicos constituyen el show global contemporáneo más espectacular pues por ejemplo 4.500 millones de telespectadores siguieron la suerte de más de 10 mil deportistas durante su edición en Beijing 2008, debido a que allí lo que se pone en escena trasciende los límites deportivos ya que en el escenario olímpico confluyen, resuenan y se disputan los conflictos distintivos de cada época, desde los políticos hasta los sociales.


Según diversas fuentes, Yasser Arafat estaba informado sobre los planes del secuestro en Múnich, debido a que este líder palestino, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, presidente de la Autoridad Nacional Palestina y líder del partido político secular Fatah (o Al-Fatah), que fundó en 1959 y en el cual pasó gran parte de su vida luchando contra Israel en nombre de la autodeterminación de los palestinos. Otros autores que sostienen esta información son Mohammed Oudeh, uno de los cerebros de la masacre de Múnich, y Benny Morris, un importante historiador Israelí. Aunque se había opuesto a la existencia de Israel, en 1988 cambió de posición y aceptó la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.



Poco después que la crisis comenzara, los miembros de Septiembre Negro demandaron la liberación de 234 prisioneros alojados en cárceles israelíes, como también la liberación de Andreas Baader y Ulrike Meinhof que eran los fundadores de la Facción del Ejército Rojo (en alemán, Rote Armee Fraktion, o RAF), una de las organizaciones revolucionarias de izquierda radical más activas de la República Federal de Alemania en la posguerra y considerara como una organización de una perspectiva marxista. El Comité Olímpico Alemán, organizador del evento, tenía como objetivo que la atmosfera de la villa olímpica fuese abierta y amistosa ya que buscaban de esta manera dejar atrás la imagen de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, que habían sido explotados como parte de la propaganda nazi del régimen de Adolf Hitler.


El segundo triste evento lo constituyen los atentados del 11 de septiembre de 2001 (comúnmente denominados el numerónimo (palabra que contiene números) 11-S en España y Latinoamérica; 9/11 en el mundo anglosajón) que fueron una serie de atentados terroristas suicidas cometidos hace 11 años en los Estados Unidos por miembros de la red yihadista Al Qaeda mediante el secuestro de aviones de línea para ser impactados contra varios objetivos y que causaron la muerte a cerca de 3.000 personas (247 latinos según cifras del Departamento de Salud en enero de 2002) y heridas a otras 6.000, así como la destrucción del entorno del World Trade Center en Nueva York y graves daños en el Pentágono, en el Estado de Virginia, siendo el episodio que precedería a la guerra de Afganistán y a la adopción por el Gobierno estadounidense y sus aliados de la política denominada de Guerra contra el terrorismo. El fundador y máximo líder de Al Qaeda era el multimillonario de origen saudí llamado Osama Bin Laden, financiado por la CIA en la lucha contra las tropas de la Unión Soviética en Afganistán en plena guerra fría según investigaciones recientes de diversos periodistas, analistas y diversos especialistas. El apoyo brindado iba desde la instrucción en combate hasta la entrega de armamento y de cerca de más tres mil millones de dólares.




Publicado en el Yaracuy al Día el Martes 18 de Septiembre de 2012. Página 6.

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