Ezequiel
Zamora quien nació en Cúa, Miranda, un 1 de
febrero de 1817 y murió en San Carlos, Cojedes, un
10 de enero de 1860, hace 156 años. Sus restos reposan en el Panteón
Nacional desde el 13 de noviembre de 1872. Fue
un militar y político venezolano, siendo uno de los principales
protagonistas de la Guerra Federal (1859-1863). Se dice que fue
además un líder radical que propugnaba una extensa reforma agraria a favor de
los campesinos.
Sin embargo,
cuando “José Gregorio Monagas presiona al Congreso para que prontamente
sancione una ley para poner punto final al régimen esclavista (el legislativo promulga
la Ley de Abolición el 24 de marzo de 1854), el diligente Zamora acudió el 14
de junio, a menos de un mes de la promulgación de la ley abolicionista, a la
Junta de Abolición de Ciudad Bolívar a fin de consignar la documentación y
reclamar la indemnización que le correspondía en su condición de propietario de
Juana, que fue su sierva y de 36 años; de Nieves, su sierva de buena salud de
la misma edad “valorada según tarifa en 300 pesos”; y de Francisco María
Castillo, manumiso de 7 años y de Candelario de 16, también manumiso, ambos
sanos, por los que pedía 60 pesos por el primero y 150 por Candelario.
Según el
Diario de Avisos de la Junta, Zamora reclamó también los derechos que le
correspondían sobre Bonifacio, de 15 años, Rafaela de 5, y Jacinto, mayor de
15, a quienes presenta, pero no le es admitida la petición al General del
Pueblo Soberano “por carecer de las escrituras correspondientes”. Envía a su
primo, José Manuel García, a Caracas para que “cobre los valores que le
corresponden como propietario que fui de dos esclavas”. No queda duda de que el
Valiente Ciudadano Ezequiel Zamora defendía su ideal de ¡Hombres Libres!,
siempre y cuando le pagasen en pesos contantes y sonantes lo que valía su
libertad”. Diario El Impulso, 22/06/2015.
Sus
padres fueron Alejandro Zamora y Paula Correa, modestos tenderos pertenecientes
al estrato de los "blancos de orilla" y descendientes de inmigrantes
españoles originarios de las Islas Canarias. Durante los primeros
años de su niñez recibe la rudimentaria instrucción que podía brindarle una
zona rural todavía convulsionada por las luchas independentistas. Su deceso
tuerce el rumbo positivo que tomaba el conflicto para los federalistas y
produce la pérdida del más importante. Su vida se caracterizó por estar teñida
del espíritu romántico de los personajes liberales de su tiempo. Se unió a la
causa liberal en la época de Antonio Leocadio Guzmán, fundador del partido
liberal y adversario del gobierno conservador dirigido por José Antonio
Páez.
Durante
las acciones preliminares para la toma de la plaza, el 10 de enero de 1860,
recibe un balazo en la cabeza que le causó la muerte. La causa queda en el
misterio. Algunos dicen que la bala salió de su propio campo obedeciendo
órdenes de Falcón y Guzmán Blanco. Su inesperado deceso produjo la pérdida del
que para muchos fue el más importante líder popular del siglo XIX, y creó uno
de los lideres más llamativos de los denominados revolucionarios, pero cuando
se confunde lo popular con lo populista ocurre algo extremadamente peligroso ya
que: “El populismo ama tanto a los pobres
que los multiplica”. Mariano
Grondona, abogado, periodista, escritor, ensayista, sociólogo y profesor
argentino.
Historia al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Martes 12 de Enero de 2016. Página 6.
Historia al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Martes 12 de Enero de 2016. Página 6.
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