“Las verdaderas diferencias en el mundo hoy no son entre judíos y árabes; protestantes y católicos; musulmanes, croatas y serbios. Las verdaderas diferencias se encuentran entre los que abrazan la paz y los que la quieren destrozar; entre los que miran hacia el futuro y los que se agarran al pasado, entre los que abren sus brazos y los que se empeñan en cerrar sus puños”.
Bill Clinton. Presidente de Estados Unidos. 1993 –2001.
Según el Diccionario de la lengua española, pacificar es: El conjunto de actividades, diplomáticas, humanitarias o militares, que se llevan a cabo con el fin de lograr el final de un conflicto bélico o social. Es decir, es la acción de tener paz, sosiego, tranquilidad o carencia de conflictos. También es un Convenio o acuerdo entre los Estados para dar fin a una guerra.
En este sentido, debemos estar muy al pendiente de la tendencia a participar en conflictos armados o la tendencia a actuar de un modo violento y agresivo, lo cual por antonimia conducen a la Belicosidad.
Llámese además belicoso al que tiene inclinación a la guerra y se ocupa en ella ya que no puede acostumbrarse a vivir en paz, e inclusive su lenguaje y expresiones son violentos e insultantes hacia todos sus opositores.
Nuestro país vivió una política de pacificación en la gestión del primer gobierno de Rafael Caldera hace 45 años, ya que en 1969 hereda un país convulsionado, donde la guerrilla urbana y rural que era ya incapaz de tomar el poder, mantenía un clima de violencia y zozobra. El entonces presidente expresa que: “La democracia es libertad, es respeto a las concepciones ajenas, es garantía para la expresión y de la acción de cada grupo”.
En el momento de tomar posesión del cargo el Dr. Caldera, un estadista que conocía a su pueblo y a sus necesidades, expreso: “Estoy convencido de que el anhelo de paz política y social predomina de lleno en nuestra comunidad nacional. Al mismo tiempo, lo acompaña una honda necesidad de seguridad personal y familiar, de orden publico solido, de garantía efectiva en el goce pacifico de los derechos fundamentales. Este anhelo y esta necesidad brotan de lo hondo de todos los hogares, sin distingos de ninguna especie. Una de mis primeras tareas se encaminará a satisfacer ese anhelo y esa necesidad”.
Previo a su elección, el 12 de enero de 1966 envía un mensaje en el aniversario de COPEI (acrónimo del partido Comité de Organización Política Electoral Independiente, conocido por su eslogan Partido Socialcristiano o Partido Verde), siendo su secretario expresando lo siguiente: “Hay un gran anhelo de paz autentica, genuina, dentro del respeto a las instituciones democráticas. La pacificación no es palabra vacía, ni resultado de acciones separadas o movimientos espasmódicos. La pacificación sólo se logra con una acción integral, global, que se oriente no sólo por la política y por la táctica militar y política, sino que afronte el problema desde el punto de vista social, económico y espiritual”.
El Dr. Caldera dejaba claro que en el caso de no tomar en cuenta a todos los sectores de la sociedad, obviando de su ideología, la pacificación se queda en puras palabras vacías, convirtiéndose en una utopía y hay que tomar en cuenta nuestros derechos tanto constitucionales como fundamentales.
Opinión al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Miércoles 5 de Marzo de 2014. Página 6.
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