Mussolini
—también conocido como el Duce—
pasó de ser el número 3 en el escalafón del Partido
Socialista Italiano y dirigir su rotativo Avanti, a promover el fascismo dentro de Italia. Destacándose que durante su mandato
estableció un régimen cuyas características fueron el nacionalismo, el militarismo y la lucha contra el liberalismo y el comunismo que en otrora defendió. Éste además, combinó la estricta censura y la propaganda estatal.
Su causa era la de una Italia donde el
parlamentarismo y la democracia habían supuestamente fracasado, principalmente
debido a lo que los fascistas consideraban "Victoria Mutilada"; es
decir, el fracaso en las negociaciones de paz de la I Guerra Mundial donde
Italia había sido uno de los países vencedores y donde no había obtenido ningún
trozo del pastel. Tres años después, y bajo estas consignas, el 28 de
octubre de 1922 Mussolini marchaba sobre Roma y se hacía con el poder.
Había dado comienzo al fascismo.
Pero el fascismo no era un movimiento
aislado. Casi contemporáneamente a la célebre Marcha sobre Roma, un
ex-combatiente de la I Guerra Mundial, el austríaco pero profundamente
germanista llamado Adolf Hitler, líder del
partido Nacional-Socialista alemán, intentaba algo parecido: Era el 8 de
noviembre de 1923 y su Putsch de Múnich fracasó donde sí triunfó
Mussolini.
En este sentido, esto atrasó la llegada
del fascismo a Alemania a casi una década después, aunque con una gran ventaja,
causa posible de la diferencia del régimen de Hitler con el de
Mussolini: Hitler llegó al poder por medio de los resortes de la
democracia, una vez que comprobó que el intento de hacerlo mediante la
violencia no había dado resultado. Ello hizo del partido Nazi un partido de
masas sin igual, mucho más que el partido Fascista en Italia.
Puede considerarse que el fascismo
italiano es un totalitarismo centrado en el Estado, pues según el
propio Mussolini: “El pueblo es el cuerpo del Estado, y el Estado es el
espíritu del pueblo. En la doctrina fascista, el pueblo es el Estado y el
Estado es el pueblo. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del
Estado”. Mientras que el nazismo alemán que propuso Adolf Hitler está
centrado en la raza identificada con el pueblo (Volk)
o Volksgemeinschaft (interpretable como comunidad del pueblo o
comunidad de raza, o incluso como expresión del apoyo popular al Partido y al
Estado): Ein Volk, ein Reich, ein Führer! «¡Un Pueblo, un Imperio, un Guía!».
Mussolini
se convirtió en un estrecho aliado del canciller alemán Adolf Hitler, caudillo del nazismo, sobre quien había influido. Bajo su gobierno, Italia
entró en la Segunda Guerra
Mundial en junio de 1940, como aliado de la Alemania
nazi. Tres años después, los aliados invadieron el
Reino de Italia y ocuparon la mayor parte del sur del país. En abril de
1945, trató de escapar a Suiza, pero fue capturado y fusilado, cerca del lago de Como por partisanos
comunistas.
Hacia los años treinta, el auge de los
partidos fascistas italiano y alemán hizo que el movimiento atravesase todas
las fronteras europeas conduciendo una devastadora guerra. En España, José
Antonio Primo de Rivera fundaba, en 1933, la Falange, un grupo
fascista que apoyo a la sublevación encabezada por Franco le dará amplios poderes
durante y después de su Guerra Civil española.
Lectura al Día
Lectura al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Martes 25 de Marzo de 2014. Página 6.
No hay comentarios:
Publicar un comentario