«Bendita tú
entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que venga a
verme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu
saludo, salto de gozo el niño en mi seno »
LA
VISITACIÓN DE MARÍA A ISABEL (Lc 1, 42-45)
La presencia de Jesús se evidencia a
través del saludo de su madre María, en este sentido se revela que la Virgen es
el templo viviente del Señor y que a través de ella se llega a su Hijo, como
mediadora de todos los cristianos.
El comienzo de la veneración por la Divina
Pastora en nuestro país se remonta al año de 1736, fecha en que el párroco de
Santa Rosa encargó al famoso escultor Francisco Ruiz Gijón que le hiciera una
estatua, o mejor dicho, una imagen de la Inmaculada Concepción. No obstante,
por una extraña equivocación, en lugar de la Inmaculada, llegó al pueblo la
imagen de la Divina Pastora. De inmediato el párroco quiso devolverla, pero por
mucho que lo intentaron, no pudieron levantar el cajón donde habían colocado la
imagen, esta se había vuelto muchísimo más pesada que cuando llegó a la
iglesia.
A partir de este momento la población
interpretó este raro acontecimiento como la señal de que la Divina Pastora
quería quedarse entre ellos. Posteriormente, durante los sucesos del terremoto del
26 de marzo de 1812 (el cual devastó las ciudades de Caracas, Barquisimeto, Mérida, el Tocuyo e inclusive aquí a San Felipe), destruyó el templo donde
se veneraba a la Divina Pastora, pero ella quedó intacta, lo que reforzó la
creencia de los fieles de Santa Rosa de que la Virgen quería quedarse para
protegerlos por siempre.
Finalmente, a mediados del siglo XIX en el
pueblo venezolano tuvo lugar un acontecimiento que contribuiría a la consolidación
definitiva de la Divina Pastora como patrona del estado Lara. En 1855, se
desató en Venezuela una terrible epidemia de cólera. La enfermedad no cedía
ante medicinas, lamentos ni plegarias, y la desesperada población decidió como
último remedio sacar en procesión por las calles de Barquisimeto a la Divina
Pastora, para implorar su misericordia, la cual se supone fue concedida, ya que
a partir de ese mismo día, según se cuenta, cesó la epidemia de cólera como un milagro de la Virgen.
Un sacerdote llamado Macario Yepez, quien
era el Párroco de la Iglesia la Concepción y estaba afectado por la enfermedad
pidió a la Divina Pastora ser el último que muriera de cólera, petición que fue
concedida. Es por esto que en recuerdo de ese hecho, todos los 14 de enero se
traslada, en una procesión multitudinaria y fervorosa, la imagen de la Divina
Pastora a Barquisimeto desde su iglesia de Santa Rosa, llegando hasta la
Catedral Metropolitana de Barquisimeto con un recorrido de un poco más de 7.5
km. dando inicio con la última misa realizada en las afueras del templo de
Santa Rosa a las 10:00am.
Luego la "Pastorcita" visita las 52 parroquias de la ciudad, 3
Vicarías y 2 Iglesias Filiales; para luego emprender de regreso a su santuario,
donde permanecerá hasta el próximo 14 de enero. En 2013 se estimó que casi 3
millones de devotos y peregrinos acudieron a la procesión, procedentes de
distintas partes de Venezuela y del mundo para acompañar a la Divina Pastora.
Hoy le pedimos nos conceda la salud por tantos sentimientos de cólera que
provocan tanta violencia e inseguridad en este hermoso y gran país.
Historia al Día
Historia al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Martes 14 de Enero de 2014. Página 6.
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