El comienzo de
la veneración por la Divina Pastora en nuestro país se remonta al año de 1736,
fecha en que el párroco de Santa Rosa encargó al famoso escultor Francisco Ruiz
Gijón que le hiciera una imagen de la Inmaculada Concepción.
No obstante, por
una extraña equivocación, en su lugar llegó al pueblo la imagen de la Divina
Pastora. De inmediato el párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo
intentaron, no pudieron levantar el cajón, pues esta se había vuelto muchísimo
más pesada que cuando llegó a la iglesia.
A partir de este
momento la población interpretó este raro acontecimiento como la señal de que
la Divina Pastora quería quedarse entre ellos.
Posteriormente,
durante los sucesos del terremoto del 26 de marzo de 1812, se destruyó el
templo donde se veneraba a la Virgen, pero ella quedó intacta, lo que reforzó aún
más la creencia de los fieles de Santa Rosa.
Así mismo, para 1855,
se desató en el país una terrible epidemia de cólera, y la cual no cedía ante
medicinas, lamentos ni plegarias. La desesperada población, decidió como último
remedio sacarla en procesión por las calles de Barquisimeto para implorar su
misericordia, y a partir de ese mismo día, cesó la epidemia como un milagro.
Un sacerdote
llamado Macario Yepez, quien era el Párroco de la Iglesia la Concepción y
estaba afectado por la enfermedad pidió a la Divina Pastora ser el último que
muriera de cólera, petición que fue concedida. Bendice Madre a nuestro pueblo y
cúbrelo con tu manto Santo, cura a sus ciudadanos del cólera de la soberbia y
el resentimiento que tanto mal le hace a nuestro país.
Lectura al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Sábado 14 de Enero de 2017. Página 2.
No hay comentarios:
Publicar un comentario