La palabra «Halloween» fue usada como
tal por primera vez en el siglo XVI, y proviene de una variación escocesa
de la expresión inglesa "All Hallows' Even" (también usada "All
Hallows' Eve") que significa «Víspera de todos los Santos», conocido también
como Noche de brujas o Día de brujas. Esta fiesta de
origen celta se celebra en la noche del 31 de octubre,
en países anglosajones como Canadá, Estados Unidos, Irlanda o Reino
Unido, en algunos países de Latinoamérica, y en gran parte de España.
Sus raíces están vinculadas con la
conmemoración celta del Samhain que deriva
del irlandés antiguo y significa fin del verano y además de la
festividad cristiana del Día de Todos los Santos, celebrada por
los católicos el 1 de noviembre. Se trata en gran parte de un
festejo secular.
Destacando que cuando tuvo lugar la
ocupación romana de los dominios celtas la festividad fue asimilada
por estos. Aunque ya se celebraban los últimos días de octubre y
primeros de noviembre una festividad conocida como la «Fiesta de la
cosecha», en honor a Pomona (Diosa de los árboles
frutales), se mezclaron ambas tradiciones. Luego, en una época en que
predominaban las festividades «paganas», los papas Gregorio
III (731–741) y Gregorio IV (827–844) intentaron suplantarla por
una festividad católica (Día de Todos los Santos) que fue trasladada del 13 de
mayo al 1 de noviembre.
El Día de Todos los Santos es
una celebración cristiana que tiene lugar el 1 de noviembre en
la Iglesia católica y el primer domingo de Pentecostés en la Iglesia
ortodoxa. En este día la Iglesia celebra a manera de fiesta solemne a todos
aquellos difuntos que, habiendo superado el Purgatorio, se han santificado
totalmente y gozan ya de la vida eterna en la presencia de Dios.
Antes de su institución en el siglo VII,
había un día para recordar a todos los mártires, hasta que el papa Bonifacio
IV, el 13 de mayo del 609, transformó el Panteón de Roma, que había sido
construido por Agripa, un político y militar romano, en honor a Júpiter, Venus
y Marte, convirtiéndolo en un templo consagrado a la Virgen María y a los
Santos.
Ahora bien, el 2 de
noviembre del año 998 -otros autores fijan la fecha
en 1030- en el sur de Francia, el monje benedictino San
Odilón u Odilo (c. 962 - 1048),
quinto abad de Cluny, instauró la oración por los difuntos en
los monasterios de su congregación, como fiesta para orar por las almas de los
fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada «Conmemoración de los
Fieles Difuntos», siendo adoptado por Roma en el siglo XIV. Elevemos
plegarias por nuestros seres queridos que han partido al encuentro con Dios.
Lectura al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Jueves 03 de Noviembre de 2016. Página 2.
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