El fascismo es expansionista y militarista,
utilizando los mecanismos movilizadores del irredentismo territorial y el imperialismo que ya habían sido experimentados por
el nacionalismo del siglo
XIX. De hecho, el fascismo es ante todo un nacionalismo exacerbado que
identifica tierra, pueblo y estado con el partido y su líder.
El
fascismo es un sistema político que trata de llevar a cabo un encuadramiento
unitario de una sociedad en crisis dentro de una dimensión dinámica y trágica
promoviendo la movilización de masas por medio de la identificación de las supuestas
reivindicaciones sociales con las nacionales, aunque a veces acaban con los
sindicatos legalmente establecidos.
Se presenta como una «tercera vía» o
«tercera posición» que se opone
radicalmente tanto a la democracia
liberal en crisis (Que es la forma de gobierno de todos los vencedores en la Primera Guerra Mundial, como Inglaterra, Francia o Estados
Unidos, a los que considera «decadentes») así como a las ideologías del movimiento obrero tradicional en ascenso (anarquismo o marxismo,
de la socialdemocracia y el comunismo,
que desde 1917 estaba desarrollando el Estado
socialista de la Unión
Soviética); aunque el número de las ideologías contra las que se afirma es más
amplio:
“El fascismo tiene sus enemigos agrupados
en estos tres frentes: el social-comunista,
el demoliberal-masónico y el populismo católico”.
Revista F. E. 1933.
RELACIÓN CON EL CAPITALISMO Y EL SOCIALISMO.
Según la doctrina tercerposicionista, el fascismo no es de izquierda ni de
derecha, ni capitalista ni comunista, ya que el fascismo sería una idea
totalmente original; sin embargo en la
práctica más que una idea original sería una fusión sincrética (El
sincretismo es un intento de conciliar doctrinas distintas y la asimilación de sus diferentes elementos) de varias ideas políticas -proyectos, discursos, etc.- aglutinadas siempre
bajo el nacionalismo unitario y sobre todo en el autoritarismo centralista.
Los ejemplos más comunes, se dan en la historiografía, la
politología y otras ciencias sociales de orientación marxista, considerando
usualmente al fascismo como un movimiento de derecha política la cual
suele ser la alianza estratégica del fascismo con los intereses de
las clases económicas más poderosas, en
defensa de valores tradicionales como el
patriotismo o la religiosidad. Esta colaboración no existió en un principio, calificándose
su apoyo como tardío y parcial, al alcanzar el poder, la plutocracia (Gobierno en el que el poder lo detentan quienes poseen las fuentes de riqueza) cooperó
decididamente con el fascismo en sus diversas versiones.
Mientras que la orientación liberal considera que el fascismo más bien tiene
conexiones con la izquierda política, siendo una variante chovinista del socialismo
de Estado, con su programa económico colectivista (proteccionismo,
nacionalización) y discurso político, más no como movimiento o proyecto
doctrinario (donde eran antagónicos). El fascismo y sus variantes apelaban al
sentimiento popular y a las masas como las protagonistas del régimen,
especialmente por la virilidad exaltada en el trabajo manual y obrero
(obrerismo); a pesar de ello no reconoce la libertad de asociación, sino que identifica
a los trabajadores como «súbditos» del Estado, «pueblo» y «patria», por ello su
símil con el denominado populismo.
Lectura al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Jueves 15 de Agosto de 2013. Página 6.
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