En el nazismo alemán: Ein Volk, ein Reich, ein Führer! Que en
español quiere decir: « ¡Un
Pueblo, un Imperio, un Guía!».
EL «SACRIFICIO» ECONÓMICO DE
HITLER.
La propaganda fue una de las mayores armas con las que contó
el nazismo para difundir sus ideas entre la población alemana y esta potente
maquinaria que aún hoy sigue sorprendiendo por su eficacia comenzó a funcionar
y a cosechar sus primeros éxitos incluso antes de la llegada de Hitler al poder. Uno de los menos
conocidos comenzó a fraguarse en 1933, coincidiendo, precisamente, con la
llegada del partido nazi al poder, tal y como podemos leer en el blog
«Curistoria». Al acceder al cargo de canciller,
Adolf Hitler renunció a su sueldo (29.200 marcos anuales más otros 18.000 en
dietas).
El aparato de propaganda del partido, al frente del que se encontraba
Goebbels, se encargó de que toda Alemania supiera que aquel hombre no tenía otro interés que
el bien de su pueblo y,
por ello, renunciaba a su salario para donarlo a las familias de los miembros
de las milicias de la SA (camisas pardas) y las SS (bandera como brazalete uniforme
negros y camisa blanca, contrario a las de Mussolini), que habían muerto en los
años anteriores en su camino al poder.
Con esta sencilla maniobra de imagen,
narrada por Guido Knopp en su libro «Secretos del Tercer Reich», todo el mundo
daba por hecho que Hitler estaba en el poder sencillamente por servicio a su
país y que en su vida austera no había más que dedicación que Alemania. Sin embargo
un año más tarde revocó su renuncia a
su sueldo y comenzó a embolsarse lo que le correspondía como
canciller. En realidad, esa cantidad era muy inferior a las que recibía por
otros canales, más o menos legales, pero da idea de su avaricia. En 1934 cuando
murió Hindenburg, Hitler se convirtió en presidente del Reich y sumó a
sus ingresos el salario de este cargo — 37.800 marcos al año y dietas de
120.000. Sin embargo, nada de esto trascendió a la opinión pública.
Durante décadas la imagen de Hitler
como hombre austero y despegado del dinero fue creída por
gran parte de los alemanes. Es un claro ejemplo de cómo la propaganda al
servicio del poder es capaz de engañar a un todo un país.
ACUERDOS ENTRE EL FASCISMO Y EL COMUNISMO.
En
la II Guerra Mundial, Polonia fue la primera víctima de Hitler. La doctrina
hitleriana del espacio vital justificó el ataque de los nazis a una Polonia ya
debilitada por conflictos internos. En este sentido, Stalin hizo un pacto de no
agresión con Hitler y tomar la mitad oriental de Polonia. ¿No era acaso el
comunismo lo opuesto al fascismo? En el
bosque de Katyn el camarada Stalin ordena el asesinato de más de 20000 polacos
(oficiales, profesores, intelectuales, policías y civiles) en uno de los
episodios más brutales de la guerra. Stalin lo negó siempre pero Boris Yeltsin
encontró los documentos donde Stalin ordenaba a Beria la masacre. El hecho de
terminar Alemania y la URSS con una frontera común facilitó el plan de invasión
de Hiltler, en el plan conocido como operación Barbaroja para invadir la Unión
Soviética.
Hitler (Un austriaco nacionalizado alemán de origen incierto que
llego al máximo poder) cometió el exterminio sistemático y masivo de enemigos
políticos y personas consideradas racialmente «inferiores» o «subhumanas»,
mediante la detención en una red de campos de concentración y exterminio
en Alemania y en los territorios conquistados, llevó a la muerte a poco más de
seis millones de judíos en lo que posteriormente en el contexto histórico se
denominó el Holocausto, como así también a homosexuales, gitanos, eslavos,
discapacitados físicos, enfermos mentales, prisioneros de guerra soviéticos y
opositores políticos a su régimen, como ocurre con todo gobierno totalitario.
“El pueblo es el cuerpo del Estado, y el Estado es el espíritu del pueblo.
En la doctrina fascista, el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo
en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado”.
Mussolini
Lectura al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Viernes 16 de Agosto de 2013. Página 6.