El 7 de este mes se celebró la
fiesta de la Bienaventurada Virgen María del Santísimo Rosario, quien es una
advocación mariana venerada por la Iglesia católica, establecida por el Papa Pío
V en el siglo XVI, debido a la victoria de la Batalla de Leopanto en Grecia
continental, cuando
las fuerzas cristianas derrotaron a los turcos que invadían Europa. La llamo Nuestra
Señora de las Victorias y agregó a la letanía de la Virgen el título de Auxilio
de los Cristianos.
La Virgen hizo su aparición
por primera vez siglos antes de que se fijara una fecha en su honor en 1208,
cuando la imagen sobre cuyas manos reposaba un rosario, aparece en una capilla
del monasterio prouilhe de Francia ante Santo Domingo de Guzmán, a quien la
virgen, le enseño como rezarlo y le pidió que lo divulgara entre los hombres.
El santo se lo enseñó a los
soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de
Muret, cuya victoria se le atribuyó. Por ello, se erigió la primera capilla
dedicada a esta advocación.
Tanto la Virgen de Lourdes en
su aparición de 1858 como la de Fátima en 1917 pidieron
a sus videntes que rezasen el rosario y gran parte de los papas del siglo
XX fueron muy devotos de esta advocación.
Juan Pablo II manifestó
en 1978 que el rosario era su oración preferida, siendo
el rosario (del latín rosarium «rosal») un rezo
tradicional católico que conmemora los veinte «misterios» de la vida
de Jesucristo y de la Virgen María.
Lectura al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Lunes 09 de Octubre de 2017. Página 2.
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