La palabra “Halloween” fue usada como tal por primera vez en el siglo XVI, y proviene de una variación escocesa de la expresión inglesa "All Hallows' Even" (también usada "All Hallows' Eve") que significa “Víspera de todos los Santos”, conocido también como Noche de brujas o Día de brujas.
Esta fiesta de origen celta se celebra en la noche del 31 de octubre, en países anglosajones, en algunos países de Latinoamérica, y en gran parte de España.
Sus raíces están vinculadas con la conmemoración celta del Samhain que deriva del irlandés antiguo y significa fin del verano y se celebra el 31 de octubre (hemisferio norte) y 1 de mayo (hemisferio sur). Se dice que esta es una intervención mágica donde las leyes mundanas del tiempo y el espacio están temporalmente suspendidas y la barrera entre los mundos desaparece y comunicarse con antecesores y amores fallecidos es fácil para este tiempo.
Aunque ya se celebraban los últimos días de octubre y primeros de noviembre una festividad conocida como la “Fiesta de la cosecha”, en honor a Pomona (Diosa de los árboles frutales), destaquemos que cuando tuvo lugar la ocupación romana a los dominios celtas la festividad fue asimilada por estos.
Se trata en gran parte de un festejo secular y por eso los papas Gregorio III y Gregorio IV intentaron suplantarla por una festividad católica (Día de Todos los Santos), la cual fue trasladada del 13 de mayo al 1 de noviembre.
Ahora bien, el Día de Todos los Santos es una celebración cristiana que tiene lugar el 1 de noviembre en la Iglesia católica y el primer domingo de Pentecostés en la Iglesia ortodoxa. En este día la Iglesia celebra a manera de fiesta solemne a todos aquellos difuntos que, habiendo superado el Purgatorio, se han santificado totalmente y gozan de la vida eterna en la presencia de Dios.
Antes de su institución en el siglo VII, había un día para recordar a todos los mártires, hasta que el papa Bonifacio IV, el 13 de mayo del 609, transformó el Panteón de Roma, el cual había sido construido por el político y militar romano Agripa, en honor a los dioses paganos Júpiter, Venus y Marte, convirtiéndolo en un templo consagrado a la Virgen María y a todos los Santos.
Ahora bien, desde el 2 de noviembre del año 998 -otros autores fijan la fecha en 1030- en el sur de Francia, el monje benedictino San Odilón u Odilo (c. 962 - 1048), quinto abad de Cluny, instauró la oración por los difuntos en los monasterios de su congregación, como fiesta para orar por las almas de los fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada “Conmemoración de los Fieles Difuntos”, siendo adoptado por Roma en el siglo XIV. Elevemos plegarias por nuestros seres queridos que han partido al encuentro con Dios, para que brille para ellos la luz perpetua y descansen en paz. Amen.
Lectura al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Lunes 30 de Octubre de 2017. Página 2.