Simón Bolívar
nació un jueves de vigilia en la noche del 24 de julio de 1783, hace 234 años,
en la mansión familiar de la plaza de San Jacinto, a cinco cuadras de la
catedral, en la ciudad de Santiago de León de Caracas.
Bolívar fue civilista,
estadista y un ciudadano que creyó en las divisiones de poderes, recordemos el Discurso
en el Convento de Franciscanos, el 2 de Enero de 1814, en la cual afirmaba: “Huid del país donde uno solo ejerza todos
los poderes: es un país de esclavos”. Además, el 27 de Agosto de 1828, se
dirige a los ciudadanos de la Gran Colombia, expresándoles: “Compadezcámonos mutuamente del pueblo que
obedece y del hombre que manda solo”.
Además, Bolívar a
pesar de ser un ciudadano que se formó militarmente no fue militarista ni mucho
menos guerrerista, recordemos la lapidaria frase que le escribió a Madariaga el
26 de noviembre de 1816: “El sistema
militar es el de la fuerza, y la fuerza no es gobierno”. Más aún, el 13 de
septiembre de 1829, le escribe a O'leary: “Es
insoportable el espíritu militar en el mando civil”.
Así mismo, en el
Discurso al Congreso de Angostura, el 15 de febrero de 1819, expresa sobre la
dictadura que: “Nada es tan peligroso
como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder...” Y el
15 de Abril de 1823, califica ya no la situación sino la actitud de aferrarse al
poder, y le escribe a Santander: “Es una
manía miserable el querer mandar a todo trance”.
Bolívar creía en
la democracia y en carta al Dr. Castillo Lara, el 13 de septiembre de 1829,
sentencia: “En los gobiernos no hay otro
partido que someterse a lo que quieran los más".
Incluso
respetaba al pueblo y no le insultaba, y le escribe a Santander, el 15 de abril
de 1823: “Los intrigantes corrompen los
pueblos, desprestigiando la autoridad”, opinión que ratifica a Santander,
el 23 de febrero de 1825, cuando le escribe: “En política nada vale tanto y cuesta menos como las demostraciones de
respeto y consideración”.
Además, Bolívar
decreto, el 12 de enero de 1824, la pena capital para funcionarios públicos que
hayan malversado o tomado para sí fondos públicos.
Incluso no
permitiría que las Fuerzas Armadas amedrentaran y reprimieran a todo el que se
niegue a una dictadura, y escribió en el proyecto de Constitución para Bolivia,
el 25 de mayo de 1826: “El destino del
ejército es guarnecer la frontera. ¡Dios nos preserve de que vuelva sus armas
contra los ciudadanos!”. Y expresó además: "Maldito el soldado que apunta su arma contra su pueblo".
Nuestra
constitución vigente prevé quien juzga las acciones militares y en ningún caso
contempla que civiles sean juzgados por dichos tribunales: “La jurisdicción penal militar es parte
integrante del Poder Judicial… La comisión de delitos comunes, violaciones de
derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, serán juzgados por los
tribunales ordinarios. La competencia de
los tribunales militares se limita a delitos de naturaleza militar” Artículo 261.
Historia al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Martes 25 de Julio de 2017. Página 2.