"…He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi
tranquilidad. Me separe del mando cuando me persuadí de que desconfiabais de mi
desprendimiento… … ¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la
patria. Si mi muerte contribuye a que se cesen los partidos, y se
consolide la unión yo bajaré tranquilo al sepulcro". Última Proclama de El Libertador.
En esta proclama, El Libertador expresa su desinterés por el poder y por sus
bienes, y no es como muchos de sus sequitos que se aferran al poder a pesar
inclusive de su impopularidad, apostando al populismo, o mueren pobres, ya que acuñan
riquezas en su nombre y son los nuevos ricos.
En tal sentido, si uno se dice seguidor
de El Libertador debe serlo con el
desprendimiento que él nos enseñó, ya que inclusive promulgó el Artículo 1 en el cual decretó que
"Todo funcionario público a quien se le convenciere en juicio sumario de
haber malversado, o tomado para sí de los fondos públicos de 10 pesos para
arriba, queda sujeto a la pena capital".
Mencionemos que cuando se está en la
administración pública (Todo ciudadano que gobierna es un administrador público
y no el dueño del sitio que gobierna) se
debe tener cuidado con el dinero que se
administra ya que la corrupción implicaba la pena capital. Además, el Artículo 2 indicaba que los jueces que no procedieran de acuerdo a
lo decretado serían condenados a la misma pena, ya que la omisión del delito es
complicidad.
La misma norma en su Artículo 3 le concede el poder al
pueblo, siendo partícipes de la contraloría del erario público, al expresar que
"Todo individuo puede acusar a los funcionarios del delito que indica el
Artículo uno”.
Este es el verdadero legado de El Libertador de Bolivia,
Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, que murió el 17 de
diciembre de 1830 en Santa Marta, Colombia, a la 1:03:55 de
la tarde, a causa de pulmonía severa.
Historia al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Lunes 19 de Diciembre de 2016. Página 2.
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