“Bolívar tuvo que diseñar su propia teoría de
la liberación nacional y, como hemos señalado, esta fue una contribución a las
ideas de la ilustración, no una imitación de ellas”. John Lynch (1927), historiador británico considerado una autoridad en
los campos de la Historia de España, de la Independencia
americana y de los nuevos países hispanoamericanos.
Según
el historiador Bolívar no andaba imitando ninguna ideología ni de izquierda ni
de derecha como se hace creer a las personas, simplemente buscaba la liberación
de América, aunque si tenía en Montesquieu, considerado uno de los precursores
del liberalismo y además quien elaboró la teoría de
la separación de poderes, como su autor favorito. Para él El espíritu de las leyes (1748) era una obra a la que recurría siempre a
la hora de definir posturas y disertaciones sobre el futuro y presente de los
pueblos coloniales sudamericanos. Según Montesquieu, los poderes ejecutivo, legislativo
y judicial no deben concentrarse en las mismas manos. Se trata de una teoría de
contrapesos, donde cada poder contrarresta y equilibra a los otros.
Aunque
la Carta estaba originalmente dirigida a Henry Cullen, está claro que su
objetivo fundamental era llamar la atención de la nación liberal más poderosa
del siglo XIX, Gran Bretaña, a fin de que se decidiera a involucrarse
en la independencia americana. No obstante, cuando los británicos finalmente
accedieron al llamado de Bolívar, este prefirió la ayuda de Haití. En la carta,
destacamos además que Bolívar justifica la rebelión de los criollos “patriotas”
de la América española y hace un llamado a continuar la lucha para
alcanzar la independencia. Para ello Bolívar recurre a dos argumentos:
El
primero se refiere a la ruptura por parte de la Monarquía del contrato
social supuestamente pactado entre la Corona española y los
descubridores, conquistadores y pobladores de América en tiempos
de Carlos V, según el cual éstos tenían derecho a dirigir los nuevos
territorios mientras la Corona se reservaba únicamente el alto
dominio (como si se tratara de una propiedad feudal). Este contrato,
según Bolívar, fue roto por la Corona, especialmente por la nueva dinastía de
los Borbones, al imponer leyes que favorecen a los naturales del país
originarios de España en cuanto a empleos civiles, eclesiásticos y de
rentas en detrimento de los criollos, los naturales que se veían
despojados de la autoridad constitucional que les daba su código.
El
segundo argumento se refiere a la política represiva adoptada por
la Regencia, primero, y por Fernando VII, después (tras volver a
asumir sus poderes absolutos en abril de 1814) respecto a las “juntas”
americanas que se habían proclamado “independientes” tras las sucesiones
de Bayona (la abdicación de Carlos IV y de Fernando VII a favor de
Napoleón en mayo de 1808) y la posterior disolución de Junta Suprema
Central a principios de 1810, sustituida por una Regencia. Según Bolívar
esta política represiva había convertido a España de madre
patria (que en la Constitución de 1812 ha reconocido al menos en
teoría a los criollos como españoles en igualdad de derechos que los
peninsulares) en madrastra. Esto es parte de la Carta de
Jamaica que es un texto escrito por Simón Bolívar el 6
de septiembre de 1815 en Kingston, capital de la
colonia británica de Jamaica.
Historia al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Domigo 04 de Octubre de 2015. Página 6.
Historia al Día
Publicado en el Yaracuy al Día el Domigo 04 de Octubre de 2015. Página 6.
No hay comentarios:
Publicar un comentario