Es el nombre por el que la
tradición denomina a los visitantes que tras el nacimiento de Jesús de Nazaret
acudieron desde países extranjeros guiados por una estrella (celebérrimamente
conocida como la estrella de Belén) para rendirle homenaje y entregarle regalos
de gran riqueza simbólica: Oro (representando su naturaleza real, como presente
conferido a los Reyes), Incienso (que representa su naturaleza Divina, empleado
en el culto en los altares de Dios) y Mirra (un compuesto embalsamador para los
muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús). Antes de
llegar, encontraron al rey Herodes el Grande en la ciudad de Jerusalén, quien
astutamente les conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia
del sitio exacto donde se encontraba dicho niño; y, así, poder ir él también a
adorarle y lo que quería era darle muerte, por eso ordenó la matanza que cada
28 de diciembre celebran los incrédulos como Día de los Santos Inocentes.
Se utiliza, en este caso, la
palabra Mago para referirse a ‘Hombres Sabios’ (así se los llama en diversas
versiones de la Biblia
en inglés) o, más específicamente, Hombres
de Ciencia o simplemente unos Astrólogos ya que conocían con
precisión el movimiento de algunas estrellas. De hecho, también poseían
conocimiento de las Escrituras según lo escrito en Mateo 2:5-6.
Los Evangelios solo
hablan de «Magos», en ninguna parte se indican sus nombres, ni que fuesen Reyes,
ni que fueran tres (número que posiblemente se deba a la cantidad de obsequios
ofrecidos) ya que dice: «Entraron en la casa, vieron al niño con María su madre
y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres, y le ofrecieron dones
de oro, incienso y mirra» Mateo
2, 11. Estas creencias fueron agregadas varios siglos después y se han
mantenido en la tradición popular. Según la creencia católica, estos magos eran
representantes de religiones «paganas» de pueblos vecinos, que los Evangelios
ven como las primicias de las naciones que aceptarán la religión católica. Sin
embargo la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la
universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como Reyes
de los tres continentes hasta ese entonces conocidos como eran: Europa, Asia y
África.
Sin embargo, el último libro
escrito por el papa Benedicto XVI sobre Jesús de Nazaret, «La infancia de
Jesús», destaca que los Reyes Magos probablemente no venían de Oriente, como se
ha creído tradicionalmente, sino de Tarsis (Tartessos), una zona que los historiadores
ubican entre Huelva, Cádiz y Sevilla (Andalucía, España). Dice textualmente que
«Así como la tradición de la Iglesia ha leído con toda naturalidad el relato de
la Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3, y de este modo llegaron al pesebre
el buey y el asno, así también ha leído la historia de los Magos a la luz del
Salmo 72,10 e Isaías 60. Y, de esta manera, los hombres sabios de Oriente se
han convertido en Reyes, y con ellos han entrado en el pesebre los camellos y
los dromedarios».
Al margen, les
deseo un Feliz Año 2013 y que los Reyes Magos les traigan entre sus regalos
mucha salud, paz, unión y prosperidad para todo este noble pueblo venezolano
que día a día lucha por su superación y esperemos que Jesús de Nazaret bendiga e ilumine
esta gran patria que tanto nos ha dado.
Publicado en el Yaracuy al Día el Sábado 05 de Enero de 2013. Página 6.
Publicado en el Yaracuy al Día el Sábado 05 de Enero de 2013. Página 6.
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